Publicamos em seguida o texto da secretaria geral da UNASUL que foi em geral
incorporado à Declaração de Lima cujo link entregamos aos leitores deste
blog em nota anterior.
UNASUR: Los recursos naturales como eje dinámico en la estrategia de integración y unidad de nuestros países
por Secretaría General UNASUR
Propuesta que eleva la Secretaría General a las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de los países integrantes de UNASUR Los recursos naturales como eje dinámico en la estrategia de integración y unidad de nuestros países
Con la firma del Tratado Constitutivo de la UNASUR, los doce países que la integran dieron un paso de dimensiones históricas. Se trata, nada más y nada menos, que de hacer efectiva la decisión de reunir las partes, hoy separadas, de una gran nación. Porque eso somos, una gran nación: por tener un territorio y un origen histórico comunes, por tener una cultura y creencias que nos son también comunes, por compartir igualmente afinidades lingüísticas que nos permite una comunicación fluida y, no menos importante, por enfrentar problemas similares.
Los notables cambios operados en el mundo y particularmente en nuestra región, han abierto las puertas a procesos de integración y de unidad que abarcan todo el espacio identificado como América de Sur y, en general, la América Latina y el Caribe. No es éste, sin embargo, el primer intento de integración. Existen, como se sabe, experiencias anteriores, lo que revela que éste, es un anhelo y un objetivo histórico de nuestros pueblos. El hecho de que tales objetivos no se hayan realizado, nos coloca ante algunas interrogantes al momento de enfrentar la materialización de un proyecto como la UNASUR.
¿Dónde radica la principal fortaleza que puede convertir a la UNASUR en un proceso exitoso e irreversible?
En consecuencia ¿Cuál es el eje dinámico fundamental en una estrategia de integración y unidad Suramericanas?
¿Cuáles son los principales retos a encarar y superar en el corto, mediano y largo plazo?
LA PRINCIPAL FORTALEZA DE LA UNASUR
No somos potencia militar, ni industrial, ni tecnológica y, afortunadamente, tampoco potencia nuclear. Lo que al mismo tiempo le confiere fuerza centrípeta en lo interno y gravitación en el ámbito mundial a la región, es el hecho de representar una impresionante reserva de recursos naturales: minerales fósiles y no fósiles , fuentes de agua dulce , bosques, enorme concentración de biodiversidad y ecosistemas, tierras aptas para la producción agrícola, todas las fuentes primarias de energía y, en particular, un gran potencial para la producción de las llamadas energías limpias, para una población de 401 millones dentro de los 612 millones de habitantes que pueblan el conjunto de América Latina y el Caribe, según proyecciones de la CEPAL para 2011 . Ocupamos una superficie que supera los 17 millones de kilómetros cuadrados. Esa superficie aloja recursos mucho más que suficientes para dar impulso a los más ambiciosos planes de desarrollo que imaginarse pueda. Podríamos decir que lo tenemos todo.
Pero, entonces cabría preguntarse ¿Qué es lo que no tenemos? Una reflexión rápida, nos conduce a la siguiente respuesta: nos falta una visión común de nuestras fortalezas y objetivos, una estrategia y un plan coherente para materializarla, que nos permita aprovechar la gigantesca potencialidad que representan la enormes reservas de recursos naturales y humanos alojados en esta riquísima región.
Sin embargo, en los proyectos de integración en desarrollo en este momento, incluida la UNASUR, ese poderoso y principal factor para el éxito de una estrategia y su plan correspondiente, apenas ha merecido referencias ocasionales e insuficientes. Como resultado de esa omisión, nos encontramos frente a un conjunto de paradojas que reclaman nuestra atención.
LAS PARADOJAS
• A pesar del incremento del volumen de nuestras exportaciones, un examen más detallado revela que, mientras en el intercambio intrarregional las manufacturas superan a las materias primas, en el intercambio extra regional el peso relativo de las materias primas supera ampliamente las manufacturas . Estas, además, son de baja composición tecnológica. Al mismo tiempo, esta situación nos está indicando el potencial existente para una fuerte expansión del mercado interno Suramericano con todas las ventajas que esto representa y como factor dinamizador de integración y unidad.
• Mientras tanto, nos hemos convertido en exportadores netos de capital. Los excedentes financieros, lejos de convertirse en inversión productiva local y regional, son enviados al sistema financiero internacional caracterizado hoy por la más alocada actividad especulativa. La misma que se ha convertido en un quebradero de cabeza para las economías del norte.
• Al mismo tiempo que nuestras tierras alojan esa riqueza de enormes proporciones, sobre ellas habitan todavía más de cien millones de seres humanos que padecen la humillación de la pobreza, la indigencia y el desempleo . Miles de nuestros niños siguen falleciendo aún por desnutrición .
• Nuestra región sigue exhibiendo el alarmante record de representar el más alto grado de desigualdad del mundo .
• En el otorgamiento de derechos para la exploración y explotación de recursos naturales, nuestros países se enfrentan por separado con gigantescos consorcios internacionales que se mueven con una sola estrategia y bajo un solo mando a escala planetaria. Representan un equipo único de rango mundial. Mientras tanto, nosotros, por separado, representamos pequeños equipos de rango local, con distintas políticas y una dirección dispersa. Encaramos visiones y políticas de dimensión mundial, con visiones y políticas locales. El resultado no puede ser otro que la pérdida de fuerza en la relación con los gigantes mundiales.
Podrían señalarse muchas otras paradojas, pero las mencionadas bastan como simple ilustración.
NUESTRAS INSTITUCIONES
Si examinamos la actual estructura institucional de la UNASUR, no hay duda de que se han hecho avances importantes. Existen nueve Consejos Ministeriales, además del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, y el Consejo de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores, a los que podrán sumarse tres Consejos adicionales cuya creación está siendo planteada.
Por su lado, la Presidencia Pro Tempore ha venido funcionando normalmente y la Secretaría General comienza a dotarse del personal y medios para su normal funcionamiento. Sin embargo, al observar de cerca la situación, nos encontramos con una dispersión de los esfuerzos e incomunicación, salvo excepciones, entre los distintos Consejos. La lentitud que caracteriza actualmente la toma de decisiones plantea el peligro de la burocratización de la Unión, con las consecuencias bien conocidas de este fenómeno.
Es evidente que se requiere diseñar y poner en acción un eje dinámico y articulador de las políticas sectoriales que, con notable ahínco, se intentan desarrollar en los distintos Consejos. La creación del Centro de Comunicaciones, Información y Documentación actualmente en proceso, es un paso importante en esa dirección al interrelacionar la estructura organizacional de UNASUR en tiempo real.
A reserva de proveer todos los datos empíricos que sustentan la afirmación antes señalada, proponemos formalmente que se incluya en la agenda de la Cumbre de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de la UNASUR, prevista para el día 30 de noviembre, la discusión de una estrategia regional basada en el aprovechamiento de las enormes reservas de recursos naturales como eje dinámico para el desarrollo económico, social, cultural, tecnológico e industrial de nuestras naciones. En esta oportunidad podría hacerse una primera reflexión sobre un conjunto de aspectos tan cruciales como los que abordamos a continuación.
PREMISAS PARA UNA ESTRATEGIA COMÚN
Primera: Existen condiciones reales de obtener enormes beneficios para nuestras naciones a través de una política común basada en el cumplimiento del principio ya establecido por las Naciones Unidas en 1962 (Resolución 1803) sobre la propiedad soberana y permanente de los Estados sobre sus recursos naturales.
Segunda: Posibilidad cierta de encontrar puntos comunes entre los países miembros de la UNASUR, independientemente de regímenes y políticas nacionales, para desarrollar una estrategia y desplegar un plan común para el mejor aprovechamiento de tales recursos. Esto implica un conjunto de medios y acciones que permitan minimizar el impacto ambiental y social de las actividades extractivas, de transformación y transporte así como garantizar el mejor provecho económico y social, para superar la pobreza y la miseria, garantizar la estabilidad política y mantener la paz existente en nuestra región.
Tercera: Abordar el tema de políticas y planes dirigidos, no solo a la fase extractiva, sino a la de industrialización de las materias primas extraídas. Una estrategia de transformación de las materias primas mediante la creación de empresas regionales, además de la virtud de agregar valor y superar el tan criticado “extractivismo”, representa la creación de centenares de miles de fuentes de trabajo estable y de calidad, medio eficaz para combatir la pobreza. Se trata, pues, no sólo de beneficios económicos, ya de suyo muy importantes, sino de avanzar conjuntamente en el desarrollo social de toda la región.
Cuarta: La extracción y transformación del recurso natural implica necesariamente, desarrollo tecnológico como medio eficaz, tanto para minimizar los impactos propios de toda intervención en la naturaleza como para elevar la productividad en las distintas actividades relacionadas con los recursos naturales. Esto implica el diseño y aplicación de una política y un plan específico adecuado a las condiciones particulares de nuestra región, coordinando los avances alcanzados por los distintos centros de estudio e investigación tecnológica ya existentes en la misma, así como también de otras regiones, creando centros comunes que den respuesta a los grandes desafíos planteados hoy en el mundo contemporáneo.
Quinta: Tomando como fundamento esta estrategia, se requiere diseñar una política sectorial relativa al sensible asunto del financiamiento (Nueva Arquitectura Financiera) para responder a las demandas que se derivan de los proyectos extractivos, industriales y tecnológicos. Una breve observación a las dificultades que, por ejemplo, encara el Consejo de Economía y Finanzas, radica en el hecho de que la elaboración de políticas y de iniciativas que se debaten allí, se encuentran con la ausencia de un plan estratégico de la UNASUR, que vincule políticas e iniciativas con las realidades que sirvan de soporte a un plan general y al plan de acción, indispensables para aclarar el rumbo y obtener los éxitos necesarios y posibles.
Sexta: Formación de los recursos humanos necesarios para el logro de este proyecto, más aún tratándose de la envergadura del que aquí se propone, que implica un esfuerzo conjunto de grandes proporciones. Esto constituye uno de los pasos más importantes para plasmar dos de los principios más trascendentes del Tratado Constitutivo de la UNASUR, el de la identidad y ciudadanía. Basta imaginar por un momento, la formación de miles de jóvenes en distintas especialidades, en centros creados para tal fin, a donde se concurra en igualdad de condiciones, independientemente del lugar donde nacieron. Imaginemos, además, que estos jóvenes puedan trabajar, también en igualdad de condiciones, en cualquier lugar de esta gran región. La producción y el trabajo, están llamados a convertirse en poderosos factores objetivos y subjetivos para hacer realidad la integración y la unión.
Séptima: La elaboración de un mapa regional donde queden geo referenciados los recursos energéticos, minerales fósiles y no fósiles, reservas de agua dulce, bosques, biodiversidad y ecosistemas, potenciales agrícolas, reservas forestales y los recursos existentes en las áreas marítimas exclusivas. Este mapa dinámico, con capacidad de actualización permanente, servirá como base para nuestros planificadores que dispondrán así de una visión global y verdaderamente integradora. Este mapa, obviamente, deberá contener información sobre las poblaciones locales. Podrá, entonces, mirarse objetivamente la llamada integración física, mediante la interrelación entre las distintas fuentes de recursos, y su positiva combinación entre regiones, dentro de una concepción de complementación económica que cobrará mucha mayor fuerza en la medida en que se acometa el impulso de industrialización y transporte conjuntos. Brotará, por así decirlo, una visión objetiva del plan para la construcción de vías férreas, carreteras, líneas de gas y petróleo, de electricidad, de puertos, aeropuertos y cuanto sea requerido para la necesaria integración física.
Octava: Estudiar y analizar las potencialidades del mercado interno regional basado en cuatro principios elementales: complementación económica, cooperación, solidaridad y estricto respeto a la soberanía de los Estados miembros. No existe sombra de duda que los resultados arrojarán enormes posibilidades para una rápida y creciente expansión del intercambio interno que, casi de manera espontánea, ha venido ocurriendo. He aquí, además, uno de los medios más eficaces para superar buena parte de las asimetrías que tanto preocupan a estudiosos y analistas de nuestras realidades. Las posibilidades que abre el comercio compensado son, entre muchas otras, un medio para avanzar en tal dirección.
CONCLUSIONES:
1. El éxito de la UNASUR pasa por el diseño y aplicación de una estrategia y un plan que tenga como base de sustentación su principal fortaleza.
2. La principal fortaleza de la región que comprende la UNASUR, radica en la vastedad y variedad de sus recursos naturales así como de su potencial humano.
3. El óptimo y racional aprovechamiento de tales recursos es el medio más eficaz para superar los altos niveles de pobreza y para crear las bases para superar desigualdades y asimetrías.
4. Una estrategia para el desarrollo integral de la región y su concreción en un plan de mediano y largo plazo, pasa por el desarrollo de una política regional de industrialización de las materias primas, de desarrollo tecnológico, de financiamiento con sus respectivos instrumentos, así como por la elaboración de un inventario de los recursos existentes, de un mapa con la ubicación de reservas estimadas y probadas, de las actividades extractivas y de transformación. A todo lo cual se suman los medios de transporte y comunicación.
5. Resulta indispensable un estudio sobre las potencialidades del mercado interno suramericano y del aprovechamiento de posibilidades existentes en otros mercados, comenzando por los países del sur, que sirvan para expandir la cooperación y las relaciones económicas, sociales y culturales, en igualdad de condiciones. La creciente importancia y dinamismo de las economías del sur están impactando profundamente la economía mundial.
PROPOSICIONES:
1. Crear una Comisión de Alto Nivel que responda directamente al Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno para abordar el estratégico asunto de los recursos naturales. Esta Comisión estará en coordinación con Comisiones espejo a ser conformadas en cada uno de los países miembros de la UNASUR.
2. Crear Comisiones adscritas a la anterior, para cada uno de los siguientes asuntos:
a) El levantamiento de la información relativa a las reservas estimadas y probadas de recursos naturales existentes en la región de UNASUR;
b) Un estudio comparado sobre las políticas, legislaciones y esquemas contractuales en el otorgamiento de derechos de explotación de recursos naturales en los países de la Unión así como los puntos de coincidencia que sirvan como un primer paso para la definición de políticas y planes conjuntos;
c) Un estudio sobre déficits y excedentes correspondientes a cada uno de nuestros países, así como las posibilidades de desarrollar políticas y planes de complementación en el intercambio y la aplicación de mecanismos de comercio compensado;
d) Un estudio orientado a la creación de un Servicio Geológico de la UNASUR;
e) Convocar un evento para el estudio y análisis conjunto de una estrategia de desarrollo regional de la UNASUR, con la participación invitados especiales de países donde se desarrollen procesos similares al de esta región. Este evento se propone para finales del primer trimestre de 2013, para lo cual se deberá elaborar la agenda correspondiente, así como la estructura temática interna.
Dejamos así expuesta, en términos muy generales, una visión y un conjunto de propuestas que, estamos convencidos, imprimirán una mayor dinámica la UNASUR como un todo y que permitirá, además, articular los distintos Consejos existentes, facilitando su interrelación a través de un eje y un plan centrales.
Estas propuestas son el resultado del análisis de la situación general en nuestra región, de las experiencias de integración sub-regional antes intentadas y de nuestro proceso vivido en UNASUR hasta el momento. Es nuestra más profunda convicción que la adopción de estas propuestas, de ser aplicadas, representarán una revitalización del proceso de integración, no solo suramericano, sino de todo el continente, para realizar así, en muy corto tiempo, el sueño ancestral de nuestros pueblos y de quienes les dieron aliento para, en medio de padecimientos de todo género, pero también de una fe que nunca se debilitó, forjar una independencia que espera por su más completa y plena realización capaces de ofrecer niveles de vida y de felicidad crecientes para nuestros pueblos.
Alí Rodríguez Araque
Secretario General de la UNASUR
Secretario General de la UNASUR
Lima, 30 de noviembre de 2012