Esta nota metodológica explica umas divergências entre as pesquisas eleitorais e os resultados. Trata-se de uma evidente manipulação como o prova o autor desta nota. Lopez Obrador se rebela uma vez mais contra os resultados eleitorais produzidos nesta situação tão questionável. Que podemos esperar que aconteça no México? Não se pode esperar uma situação de tranquilidade depois de umas condutas governamentais tão questionáveis. O povo mexicano não tem tradição de se deixar fazer de bobo...
ENCUESTADORAS TRAMPOSAS.
Claudio Latorre.
En las sociedades contemporáneas, el papel de los medios de comunicación masivos (televisión y radio, en especial) resulta fundamental. Por lo mismo, si éstos están concentrados en pocas manos, tenemos que el grueso de la opinión pública, o conciencia social, pasa a determinarse y regularse por los dos o tres dueños de esos medios. Con pocas excepciones, tales medios funcionan como empresas que persiguen el lucro y la dominación política. Y suelen estar: i) altamente concentrados; ii) íntimamente ligados a las grandes corporaciones monopólicas.
En esto de la concentración, México se lleva las palmas. Son dos familias las que controlan y regulan la opinión pública del país. Determinan los valores de vida, las preferencias políticas, las morales y demás. Se compran a parlamentarios y políticos, a periodistas e incluso a árbitros de fútbol. Se trata de una muy real dictadura mediática que torna mentirosa (o hipócrita) a las sentencias que hablan de “régimen democrático”, de “transición a la democracia” y demás.
En épocas de elecciones presidenciales, la dictadura se torna más evidente. En radios y canales de TV, hasta en programas del “show business” y futboleros, se despliega una implacable lucha contra la oposición al sistema. En el último tiempo, tomando a López Obrador como símbolo de tal oposición. Se emplean aquí todas las armas posibles, legales e ilegales, morales o inmorales: para estos dictadores (dos familias, los Azcárraga y los Salinas, que imponen sus criterios a más de cien millones de mexicanos), todo está permitido.
En estas campañas de la dictadura mediática, las empresas encuestadoras han jugado un papel clave. Se presentan como empresas serias, científicas y objetivas.
De seguro, muchas de ellas poco saben de estadística, de muestreos y probabilidades. Pero podemos suponer que otras sí manejan bien las técnicas del caso. Lo que sí es muy claro, es que unas y otras, con tal de vender su producto, son capaces de las manipulaciones (mentiras) más escandalosas. En las recientes elecciones, a lo largo de toda la campaña, siempre manipularon muy fuertemente los datos a favor de Peña Nieto y en contra de López Obrador. Los propósitos subyacentes resultan claros: i) crear la imagen de una victoria de Peña Nieto, que sería inevitable y arrasadora; ii) desmoralizar a la oposición: “ya nada se puede hacer”. Inclusive: estimular a los que se oponen a AMLO: “es un mal candidato”, es “muy rijoso”, etc. Es decir, hacerle caso a los consejos que la derecha (Dresser, Quadri, “chuchos”, etc.), le regala a la izquierda: “sean niños buenos”, imiten a Felipe González, a Ricardo Lagos, al brasileño Cardoso. En breve: apoyen al capital, incluso al capital financiero y al neoliberalismo; iii) junto a lo mencionado, “de paso” hacer un muy buen negocio: “mientras más manipulo las cifras en función de tus gustos, mayor será el precio que cobro por mis servicios”. Ciertamente, “quien paga ordena la melodía”, pero como mis servicios son “muy científicos”, el precio será más elevado.
Veamos algunos datos. En el cuadro que siguen se muestran las últimas encuestas, publicadas al límite del plazo legal. Se presenta la diferencia entre EPN y AMLO, según las encuestas, y la diferencia que da el PREP.
Los datos del PREP los suponemos correctos (aunque muchos los cuestionan). Y procedemos a compararlos con los que predecían las empresas encuestadoras. Las columnas claves son la cuarta (diferencia pronosticada por las encuestadoras) y la quinta (diferencia según el PREP). Salvo IPSOS, en todas las demás, las diferencias revelan una manipulación (o ineptitud) que es simplemente grosera. Valga agregar: con Josefina Vázquez los pronósticos se aproximaron bastante al PREP. O sea, la manipulación se centró en quitarle preferencias a AMLO y subirle a EPN. Y aquí, se desmidieron completamente: ver columna (5). Una buena encuesta debería dar valores entre 1.03 y 0.97 pero aquí, con un cinismo brutal, se rompieron todos los moldes. Suponga el lector que se le ocurre examinar una posibilidad: instalar una fábrica de calcetines. Y le pide a Mitofsky, la empresa de Televisa, que le estime las ventas posibles. Esta le responde: puedes vender 231 mil calcetines, quizá 237 o, si no hay buena suerte, unos 225 mil pares. Usted dice perfecto e invierte, produciendo 231 mil calcetines pero sólo vende cien mil pares. Se quedan, sin vender, nada menos que 131 mil calcetines, un 57% de lo producido. ¿Qué le diría a Mitofsky? De seguro, una palabreja aquí irrepetible. Y aún más seguro: nunca más contrataría sus servicios.
¿Hará eso Televisa? ¿Cómo lo va a hacer si es eso –la manipulación- lo que justamente pagó? En los días que siguen escucharemos toda clase de explicaciones. La única que faltará es la verdadera: son encuestas muy mentirosas, y también muy bien pagadas. Después de todo, estamos en una economía de mercado y si la mentira tiene un buen precio, pues pasamos a producir mentiras.