“No es simplemente una crisis, estamos en un momento de reestructuración de la economía mundial”
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Photo : Ciudad de México, 16 de febrero del
2016. Theotonio dos Santos (centro) recibiendo diploma y medalla de
parte de autoridades de la UNAM, antes de comenzar a dictar la
Cátedra Maestro Ricardo Torres Gaitán.
Si hay alguien que ha dejado huella en el
pensamiento económico de América Latina es Theotonio dos Santos:
científico social brasileño, catedrático de la Universidad del
Estado de Río de Janeiro, exponente de la Teoría Marxista de la
Dependencia y galardonado con el Premio Economía Marxista 2013 de la
Asociación Mundial de Economía Política. Dos Santos dictó a
mediados de febrero una serie de conferencias sobre teorías del
desarrollo como parte de la Cátedra Maestro Ricardo Torres Gaitán
que le fue otorgada por el Instituto de Investigaciones Económicas
de la UNAM por sus aportaciones en la materia.
Ariel Noyola Rodríguez, consiguió
entrevistar a Theotonio dos Santos durante su estancia en la Ciudad
de México y abordó, entre otros temas, las perspectivas de la
economía y el sistema mundial, las contradicciones del desarrollo
capitalista de China, el ascenso del yuan como divisa de reserva
internacional, los desafíos de la integración latinoamericana, el
atasco burocrático del Banco del Sur, el reposicionamiento regional
de Estados Unidos, la crisis del pensamiento económico y los
problemas que enfrenta la izquierda para construir alternativas.
Por su amplia extensión, la publicación de
la entrevista se ha dividido en varias partes. En esta primera
entrega Noyola Rodríguez explora con dos Santos la posibilidad de
que se materialice una nueva recesión global, la reestructuración
de la economía mundial comandada por los BRICS, las contradicciones
del desarrollo capitalista de China y el ascenso del yuan como divisa
de reserva internacional…
Ariel Noyola Rodríguez: Muchas
gracias por haberme concedido esta entrevista. Quiero comenzar con la
complicada situación por la que atraviesa la economía mundial en
estos momentos, y cuál será, desde su punto de vista, el impacto
sobre los países latinoamericanos. Durante el último mes se ha
observado un desplome considerable de las principales bolsas de
valores. Las acciones de los grandes bancos de inversiones (Goldman
Sachs, JP Morgan Chase, Deutsche Bank, etc.) se han derrumbado en
estos días, lo mismo ha sucedido con los precios de las materias
primas (commodities) y los tipos de cambio de los países
emergentes ¿Estamos a las puertas de una nueva recesión mundial?
¿En qué posición se encuentra América Latina ante ese posible
escenario?
Theotonio dos Santos: La crisis
de 2008-2009 fue muy fuerte para los países que formaban parte del
centro de la economía mundial, pero al mismo tiempo, China se
mantuvo con un fuerte crecimiento junto con los países de los BRICS
(acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y también
casi todos los países en desarrollo. De manera que la tasa de
crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la economía mundial
no cayó. Esto muestra que hubo cambios muy significativos en los
últimos años: el motor de la economía mundial se desplazó de la
zona central, básicamente de la tríada (Estados Unidos,
Europa y Japón), hacia otras regiones.
Esto ha dado origen a una serie de trabajos, de
intentos de explicación de este fenómeno. Desde la década de 1970,
incluso un poco antes, nosotros mostramos la tendencia a la
decadencia de la economía norteamericana y europea, y hasta Japón,
que en aquel momento estaba en un auge económico importante, aunque
también se comenzó a revelar una cierta tendencia a una caída que
operó a partir de la década de 1990. En ese sentido, Japón mostró
un poco lo que iba a pasar con las economías industrializadas. La
economía japonesa entró en una baja bastante significativa.
Recordemos que Japón registró entre 8 y 10% de crecimiento del PIB
durante gran parte del período de posguerra, pero en la década de
1990 bajó a cero, incluso obtuvo tasas de crecimiento negativo (-2%,
-3%, etc.), y apenas alcanzó un ligero crecimiento en años muy
aislados.
La crisis que estalló en Estados Unidos el
año 2008 es una de las más graves en la historia del capitalismo
como sistema mundial, sólo comparable con la Gran Depresión de
1929. Ante el declive de la economía norteamericana, el ascenso de
China y los BRICS ha acelerado la reestructuración de la economía
global a favor de Oriente.
Ahora hay otro problema que está causando
desesperación en el centro del sistema, y es que los países en
desarrollo, los que han ganado una mayor participación en la
economía mundial, ahora también empiezan a tener un menor
crecimiento. Es que gran parte de la expansión desde los años 2000
hasta 2010-2012, estuvo basada en la demanda china. La demanda de
China es un asunto poco estudiado, durante la década de 1990 cuando
nosotros llamamos la atención sobre el crecimiento de la demanda
china en la economía mundial, la reacción de muchos colegas fue que
eso era absurdo, que China, un “país de pobres”, no iba a
generar ninguna demanda importante.
Era un gran desconocimiento, China tiene todavía
sí, una población bastante pobre, pero en la década de 1980 y 1990
se desarrolló mucho la economía del Sur de China sobre todo, y esa
economía alcanzaba ya unos 500 millones de habitantes con un nivel
de consumo próximo a todo el Sur de Europa. Es decir, en esos años
se agregó a la economía mundial una “Europa del Sur”. Entonces,
despreciar este fenómeno era un problema muy grave porque mostraba
exactamente la crisis, esa sí bastante grave, del pensamiento
económico.
¿Ahora bien, qué pasó con la caída del
crecimiento chino? Frente a la crisis, la dirección política de
China tomó posiciones que están alterando bastante su participación
en la economía mundial en este momento. Una de esas decisiones fue
volcarse más hacia su mercado interno. En 2008 China había adoptado
ya la decisión de volcar 500,000 millones de dólares para ampliar
la demanda de las zonas más pobres, y re-orientar su economía hacia
sus propios mercados. Ese giro tuvo un efecto sobre todo para los
países que estaban en ascenso, ya que ese ascenso estaba vinculado
con el aumento de los productos de exportación hacia China.
Y a pesar de que se tomaron algunas decisiones
para intentar aprovechar el auge de las exportaciones, no fueron
suficientes, no se logró un cambio tan sustancial que nos permitiera
colocarnos de lleno dentro de las nuevas tendencias de la economía
china, para así disminuir un poco el efecto de la caída de la
demanda mundial. Además hay otro problema, hay una caída de los
precios de las materias primas (commodities), que componen
el grueso de las exportaciones de nuestros países hacia China.
Frente a eso, hemos tenido problemas graves, y en lo que respecta al
petróleo sobre todo.
Hay un intento de manipular el mercado petrolero
para servir a objetivos geopolíticos, sobre todo de Estados Unidos,
país que para hacer frente al auge de China, favoreció el uso de la
fractura hidráulica (fracking), que es un método de
producción interesante en términos económicos para las empresas de
Estados Unidos. El fracking tiene la ventaja de permitir un
gran crecimiento de la producción petrolera sin destinar grandes
montos de inversión, pero al costo de acabar con el agua. La crisis
del agua se va a agravar en Estados Unidos, en unos 15 o 20 años
más.
De cualquier forma, era una decisión estratégica
para enfrentar a los enemigos que Estados Unidos definió en este
período, básicamente Rusia, Irán y Venezuela, golpeando también a
Brasil y otros países. Brasil está ingresando en un dominio
petrolero muy grande, que afecta bastante el funcionamiento de la
economía mundial. En busca de bajar el precio del petróleo, y así
generar problemas en América Latina, Estados Unidos apostó por la
acumulación de inventarios (stocks) y colocaron al mercado
de materias primas (commodities) en una crisis bastante
grave, y también profundizaron la crisis energética.
En este cuadro es posible entender que esa
política tuvo efectos bastante negativos desde el punto de vista
económico, pero desde el punto de vista político no funcionó.
Rusia, en vez de aceptar las presiones de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comandada por Estados Unidos, se
convirtió entonces en una fuerza muy activa en Europa. Y Europa
oriental depende hoy mucho de Rusia, que además se aproximó más a
China, garantizando una nueva salida de sus productos de exportación,
y además apoyó fuertemente la idea de los BRICS, que es la base de
una nueva dinámica económica mundial.
El Oriente Medio también está cansado de Estados
Unidos. Arabia Saudita se está reuniendo con Rusia en este momento.
La idea es que la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP) tenga una política común con los grandes productores de
petróleo [Nota: en efecto, momentos después, la OPEP y Rusia
acordaron congelar la producción petrolera a los niveles del mes de
enero, una medida que busca apoyar el repunte de los precios].
Arabia Saudita siempre ha sido una fuerza fundamental de Estados
Unidos en Oriente Medio, no se gustan mutuamente, pero son necesarios
entre sí.
Por eso no es simplemente una crisis, estamos en
un momento de reestructuración de la economía mundial. Claro que
los más débiles, sobre todo Brasil y Venezuela, son los más
afectados. Venezuela por su dependencia económica de las
exportaciones de petróleo, por el hecho de que ya no esté presente
Hugo Chávez, que tenía una calidad de pensamiento y de estrategia,
muy por encima de la media. Entonces, todo esto claro, está
afectando muy gravemente la situación económica de Venezuela. Y
Brasil también está afectado muy fuertemente, lo mismo Argentina.
Todo esto está en el cuadro, más amplio, de que
para enfrentar la crisis en Estados Unidos y Europa la fórmula
principal fue una acción muy fuerte de parte de los Estados para
proteger al sector financiero, que era el más directamente afectado
por la crisis de 2008. Así se generó una transferencia masiva de
los recursos del Estado hacia el sector financiero. Esto permitió
que la crisis no se agravara tanto en un primer momento, pero creó
las condiciones para que en un momento siguiente, que es lo que
estamos viviendo ahora, no exista forma de pagar estas deudas.
Los Estados se convirtieron en grandes deudores,
los países del Sur de Europa, Estados Unidos, etc. El caso de
Estados Unidos es muy dramático. La deuda pública de Estados Unidos
salta en estos años de 6 a más de 16 billones de dólares, que es
igual al monto del resto de la deuda pública del mundo. Y no hay
cómo pagar algo así. Deben buscar alguna forma, la deflación
(caída precios) quizás sea una salida. La única forma es la
quiebra, la deflación sería una quiebra colosal para Estados
Unidos.
El otro problema que tiene Estados Unidos, y
Europa también, es que no pueden tener una tasa de interés muy
alta. Porque eso los llevaría a una baja de su crecimiento mucho más
grave. Los bancos centrales de los países industrializados mantienen
actualmente tasas de interés cercanas a cero, pero Japón ya lo
hacía desde la década de 1990, eso no resuelve el problema en las
economías centrales, eso digamos, permite que la crisis no se
manifieste tan fuerte, pero se va generando otra crisis, de grandes
excedentes de deuda.
En América Latina no estábamos preparados para
enfrentar la crisis, a pesar de que algunos de nosotros lanzamos
advertencias. La tendencia en nuestra región es de prejuicio, de no
entender lo que pasa más allá de la dinámica del pensamiento que
viene de Estados Unidos. La verdad es que no se dio importancia
suficiente a lo que pasaba en China, India, etc. Nuestros países no
se prepararon para hacer frente a una demanda que todo el tiempo se
dijo que no existía. Cuando se llega al gobierno se tiene primero
una situación de fantástico crecimiento. Por ejemplo, Brasil pasó
de exportar mercancías por 60,000 millones de dólares a casi
200,000 millones de dólares. China que al principio no era tan
importante, pasó a ser el primer país importador de productos
brasileños.
Chávez sí entendió el contexto, hizo un gran
esfuerzo junto con la OPEP, para reestructurar el mercado petrolero,
para mejorar el papel de Venezuela como país exportador de petróleo.
Chávez intentó forzar la industrialización en Venezuela, pero el
problema de países como Venezuela, los que están en el Caribe, Cuba
también, es que algunos sectores de la población están
acostumbrados a utilizar los excedentes de dólares, que se consiguen
en ciertos momentos históricos, para comprar bienes de consumo del
exterior. No existe la percepción de que ese dinero que posees debe
ser cuidado para utilizarlo después como un instrumento para el
desarrollo. Tienes muchos dólares y los pierdes en el exterior, no
permites que esos excedentes se utilicen en el desarrollo industrial
del país.
La industrialización está basada en el avance de
la productividad. Y el avance de la productividad no se da en escala
nacional solamente. Desde la década de 1960 se va constituyendo una
economía de una gran diferenciación de productos y el capital que
dirige eso, el capital de las multinacionales va re-orientando su
producción a los lugares donde paga menos impuestos, donde encuentra
la mano de obra más barata, etc., la economía mundial se
reestructura. Tu país se queda con una parte de eso, pero no cuentas
con la capacidad tecnológica para que tú mismo dirijas el proceso,
ni económica. Entonces se crea un nuevo tipo de dependencia, que
incluso se ha profundizado.
Ariel Noyola Rodríguez: Hay
una reforma capitalista que está en curso de dimensiones
mundiales, promovida por China y otros países emergentes. En el
ámbito de las finanzas internacionales, el gobierno chino consiguió
que se incluyera el yuan en los Derechos Especiales de Giro (DEG). Y
el Congreso estadounidense destrabó finalmente la reforma del
sistema de cuotas de representación del Fondo Monetario
Internacional (FMI), con lo cual, China y los BRICS vieron
incrementados sus porcentajes de participación, si bien Estados
Unidos todavía conserva su poder de veto.
Sin embargo, las concesiones otorgadas por el FMI
comprometen a China a llevar a cabo una serie de reformas
estructurales que profundizarían su vinculación con el mercado
financiero mundial por la vía de la liberalización de las tasas de
interés, los tipos de cambio y el mercado de capitales. Los chinos
han construido su propio mercado de derivados para emitir títulos
financieros respaldados en materias primas (commodities)
pero denominados en yuanes, ya no en dólares. Asimismo, la banca en
la sombra (shadow banking system), compuesta por las
entidades financieras fuera del marco regulatorio, va cobrando una
mayor relevancia en el sistema de crédito.
Por otra parte, si bien es cierto que China viene
ganando terreno frente al antiguo Grupo de los 7 (G-7, integrado por
Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino
Unido) en la jerarquía de la economía mundial, al mismo tiempo se
mantiene fuertemente ligada a las economías y los instrumentos de
los países industrializados, bajo esta perspectiva, parece haber
construido una relación de dependencia mutua, más que de autonomía.
Por ejemplo, cuando Lehman Brothers quebró, China mantuvo sus
adquisiciones de bonos del Tesoro de Estados Unidos. Asimismo, China
es hoy el principal socio comercial de Estados Unidos, y uno de los
principales destinos de inversión de Estados Unidos, Europa y Japón.
Algunos plantean incluso que el ascenso económico
de China será puesto en cuestión en un tiempo breve. La deuda
pública sí, todavía es baja, pero la deuda privada, la que incluye
la de las familias y las empresas, ha aumentado de modo bastante
significativo. La deuda total, esto, es, si sumamos la deuda pública
y la privada, sería equivalente a más de 200% del PIB de China.
Entonces, ¿Cómo interpretar el avance económico
de China frente al bloque occidental y la construcción de una nueva
dinámica económica mundial, cuando en otros aspectos Pekín
legitima las instituciones e instrumentos del orden mundial de la
segunda posguerra, y reproduce al mismo tiempo muchas de las pautas
seguidas por el capitalismo estadounidense?
Theotonio dos Santos: Bueno,
estamos en un proceso de armar una nueva economía mundial. La
posibilidad de influenciar fuertemente esta nueva economía en un
cierto momento parecía muy difícil. Y en la actualidad sí, por
supuesto, aún se piensa usar el FMI, digamos, abrir el FMI para
lograr una presencia más fuerte, sobre todo de China, pero también
de otros países, en términos de mejorar su posición en las cuotas
del FMI.
Pero la reforma fue muy pequeña, y ahora
finalmente se consiguió, porque Estados Unidos fue obligado a
aparentar ayudar un poco la posición de los países en desarrollo.
Sin embargo, el FMI actúa para Estados Unidos, también el Banco
Mundial. La verdad es que a nuestros países no les interesa más el
FMI. Nosotros no somos deudores del FMI, somos acreedores, incluso
hemos ayudado con nuevos recursos. Lo que ellos están haciendo
claro, es buscar captar nuestras reservas, y buscan mecanismos para
lograr eso, muy ayudados por los bancos centrales de nuestros países.
El gobierno chino consiguió que se incluyera
el yuan en los Derechos Especiales de Giro (DEG), la canasta de
divisas que creó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 1969 para
complementar las reservas oficiales de los bancos centrales. En la
imagen, Christine Lagarde, la actual directora gerente del FMI, tras
dar a conocer a la decisión.
En China existe una corriente, digamos, dentro del
mismo gobierno, que defiende que China entre fuertemente al mercado
financiero mundial. Y para hacer eso los chinos tendrían que aceptar
gran parte de los instrumentos existentes. Pero hay otra corriente
que está armando otro tipo de instrumentos. El banco de los BRICS
por ejemplo, creo que se va a convertir, a pesar de que se han creado
dificultades para impedir que se consolide, en un órgano más
poderoso que el Banco Mundial.
Y lo mismo va a pasar con el Banco Asiático de
Inversiones en Infraestructura (BAII). A Estados Unidos le
correspondía contener el apoyo de los europeos y no lo consiguió,
todos los europeos se fueron a financiarlo. Lo que revela que la
influencia china en este momento es más poderosa que la de Estados
Unidos, en una cuestión mercantil, no en una cuestión política
propiamente, pero sin duda esto tiene desdoblamientos políticos. Es
que el BAII no sólo garantiza el funcionamiento de Asia en general,
con la entrada de estos países (Alemania, Francia, Reino Unido,
etc.), se convierte en un instrumento de actuación muy amplio,
incluso para Europa.
Son cambios que no implican simplemente meterse en
el mercado financiero mundial, sino que se están estableciendo
nuevas reglas para la economía mundial. El otro asunto es que en los
próximos 10 años veremos el ascenso del yuan. De 4 años para acá,
el yuan pasó de representar 2% a alcanzar más de 8% del total de
las operaciones de financiamiento comercial, un crecimiento de 4
veces, según los datos de la Sociedad para las Comunicaciones
Interbancarias y Financieras Mundiales (SWIFT, por sus siglas en
inglés). Y esta dinámica va a continuar, porque el dólar está en
plena caída en verdad, pende de un hilo.
A nadie le interesa que haya una caída tan brutal
del dólar, pues se podría acentuar la deflación, por eso están
haciendo todo lo posible para evitar su derrumbe. Tampoco la caída
del dólar le interesa a los chinos, que tienen muchos dólares en
este momento, y que necesitan al dólar para realizar muchas
operaciones. Pero, en el contexto de la tendencia económica mundial
actual, ¿Qué preferirías tú, dólar o yuan?
Ariel Noyola Rodríguez: El yuan,
sin lugar a dudas…
Theotonio dos Santos:
Evidentemente, es una moneda que se valoriza, cuyo rol en la economía
tiende a crecer. El dólar en cambio, es una moneda en decadencia, no
paga interés alguno por los títulos de deuda pública
norteamericanos. Estados Unidos es un país deudor absoluto. La deuda
pública es equivalente al tamaño de su PIB, la deuda misma que el
gobierno acepta como tal.
Las deudas que tú mencionas son deudas emitidas
por otros agentes sociales, económicos, que el gobierno puede claro,
entrar a patrocinarlas, también en un cálculo de que si no lo hacen
se haría más profunda la crisis del dólar. Y evitar el colapso del
dólar sería mejor para China, pero también para casi todos los
jugadores (players) mundiales. Sin embargo, si el yuan
consigue mantener ese nivel de ascenso, en unos 10 años podría
llegar a 30%, muy próximo a alcanzar 50%. Y cuando llegas a más de
50% entonces puedes emitir moneda, que es lo que hace Estados Unidos.
Las previsiones actuales apuntan hacia esa dirección.
Ariel Noyola Rodríguez: Aunque
bueno, quizás las contradicciones del desarrollo capitalista de
China entorpezcan el ascenso del yuan como moneda de reserva mundial.
El Banco Popular de China ha disminuido en varias ocasiones la tasa
de interés de referencia, lo mismo el nivel de encaje de los bancos,
precisamente para evitar una mayor desaceleración de la economía,
apuntalar la provisión de crédito, e impedir a toda costa que la
deflación contagie a su industria manufacturera.
Por otro lado, desde que China comenzó a devaluar
el yuan, en agosto de 2014, su banco central se ha visto obligado a
ocupar una tercera parte de sus reservas internacionales en la
defensa de la estabilidad del tipo de cambio, como una consecuencia
sí, en parte de los ataques de los especuladores, pero también por
cierta desconfianza de los inversionistas en torno a su fortaleza
financiera ¿Considera usted que hay riesgos de que estalle una
crisis financiera en China por el agravamiento de las contradicciones
de su desarrollo capitalista?
Theotonio dos Santos: No, no veo
perspectivas de una crisis financiera en China. Ese tipo de problemas
son cuestiones de política monetaria, una política que no busca
apreciar el yuan fuertemente. El tipo de cambio yuan/dólar no tiene
que ver tanto con la política china, es el resultado de las
interacciones del mercado financiero mundial. Los chinos quieren que
la apreciación de su moneda sea lenta. Y evitarían sin duda que la
crisis del dólar fuera tan grande si ellos estuvieran en condiciones
de comandar la política económica mundial. Estados Unidos necesita
del apoyo chino para poder evitar la crisis del dólar.
La crisis del yuan no sería un problema grave
porque no tendría que ver con la tendencia económica de China, que
está invirtiendo en el mundo entero, creando mecanismos propios, de
préstamos, de inversión, etc. Entonces para los chinos [la
apreciación cambiaria] no es algo que ellos quieran apurar. Es un
resultado de la mecánica de la economía mundial, derivada a su vez
del rol histórico del capitalismo en su organización. Ahora bien,
Estados Unidos puede tener más influencia en la economía mundial, y
evitar una crisis más grave si teje alianzas con China, pero bajo
una condición subordinada. Y es difícil pensar que los
norteamericanos lo vayan a aceptar fácilmente.
Pero quizás sí lo hagan, en alguna medida. Por
ejemplo, en cuanto a la renovación de la deuda de Estados Unidos, el
presidente del Sistema de la Reserva Federal (FED) de ese momento fue
semanalmente a China a discutir el asunto para evitar que China se
deshiciera de sus bonos del Tesoro. Los chinos conservaron sus
títulos, pero ya no compraron más. Pero para convencerlos de que
los mantuvieran, Bernanke tuvo que ir semana tras semana a China,
durante 1 mes, 2 meses.
La moneda de China, el yuan, podría estar en
condiciones de competir cara a cara con el dólar de Estados Unidos
dentro de una década.
Esto es una subordinación clara, tú depende más
de ellos, que ellos de ti. Los chinos no fueron obligados a comprar
más títulos respaldados en dólares, sino a renovar. Al renovar,
China pide exigencias y condicionamientos. Los acreedores siempre
imponen sus propias condiciones, sobre todo cuando la deuda es muy
grande, porque hay un instrumento de poder muy importante, que es
simplemente no pagar.
A nadie le conviene una caída muy fuerte de los
títulos de la deuda pública norteamericana, que ya la hay de hecho,
aunque no se habla mucho de eso. Nadie compra un título de deuda de
Estados Unidos por lo que vale. Cómo vas tú a pagar 100% por un
título que representa en realidad 60% de su valor original, menos
aún. Para proteger el dólar es verdad que los norteamericanos
necesitan a los chinos, sí.
Pero también hay que presentar esta situación
desde el otro lado. Los norteamericanos también dependen de China,
no es solamente que los chinos dependan de Estados Unidos. Sí, en
cierta parte dependen. Es que los chinos no tienen interés en una
depreciación masiva del dólar por la enorme cantidad de reservas
que poseen, más de 3.3 billones de dólares. Ese es el gran
problema.
Muchos sectores en Estados Unidos quieren una
pelea con China porque aún piensan que son dueños del mundo.
Piensan que hay que imponerse por la fuerza frente a los chinos.
Pienso que sería un error muy grave. Y ese escenario no se
desdoblaría solamente en el ámbito financiero.
¿Quién puede controlar esos fenómenos que tú
citaste, y que obligarían a China a valorizar más el yuan? Bueno,
China acepta que tiene que valorizar, pero no lo quieren hacer del
todo, no quieren contribuir a eso. Excepto el sector financiero,
ellos sí quieren que China entre rápidamente en el mercado
financiero mundial en calidad de gran potencia. Cualquiera que sea la
salida, creo que no beneficiará a Estados Unidos, en términos de
recuperar su poder en el mundo, más bien será favorable para China…
Ariel Noyola Rodríguez es
economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Twitter: @noyola_ariel.
The original source of
this article is Global Research
Copyright © Theotonio
dos Santos and Ariel
Noyola Rodríguez, Global Research, 2016
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