La situación suscitada entre Colombia y Venezuela pareciera conformar el preámbulo de un conflicto bélico que habría que situarlo, forzosamente, en el contexto geopolítico internacional de guerra asimétrica diseñado por el imperialismo, máxime cuando se trata de atacar a un gobierno y un proceso de tendencia socialista, en un país que posee grandes recursos naturales, especialmente energéticos, de escasez mundial.
¿La última provocación de Uribe? Álvaro Uribe no sólo convirtió su país en una suerte de portaviones estadounidense, sino que se empeñó en escalar los conflictos en la línea de militarización que defienden el Pentágono y el Comando Sur como modo de asegurar el control de un patio trasero que se les escapa de las manos.
Los primeros desarrollos de la denuncia realizada por el actual ministro de defensa de Colombia y posiblemente próximo embajador en Washington, el empresario cafetalero Gabriel Silva, pone en evidencia la ejecución de una operación psicológica de masas (OPSIC), obviamente dirigida a la formación del imaginario colectivo para fortalecer el tema del vínculo del gobierno de Hugo Chávez con las FARC .
Esta matriz que viene siendo trabajada desde hace tiempo y desde diversos frentes, con el objeto de hacer una acusación en instancias internacionales y facilitar una eventual intervención militar “antiterrorista”. A Caracas se le acusa de tener vínculos no solo con las FARC sino con etarras e iraníes, en lo que se da en llamar el “eje del mal”, en medio de la presentación de un mapa del terror conformado por la presencia de tropas y bases estadounidenses no sólo en Colombia, Araba y Curazao, sino también en Costa Rica y quizá mañana en Panamá, nuevamente.
Las operaciones psicológicas se dirigen a masas poblacionales sobre las cuales se quiere influir en tiempos de confrontación. Se trata de la manipulación de las emociones. Hay que tener en cuenta que siempre las OPSIC han servido de preámbulo para una agresión militar, provocando un incidente dentro de la concepción de operaciones extraterritoriales o persecución en caliente. Para continuar lendo, clique aqui.
terça-feira, 3 de agosto de 2010
Colombia-Venezuela, más allá de la manipulación de las emociones, Aram Aharonian
Uribe é o 32º da lista de implicados com o tráfico de cocaina na Colômbia, elaborada pela DEA. Mais de 40 deputados de seu partido, ligados diretamente a ele, foram demitidos do congresso e se encontram presos por decisão dos tribunais colombianos, o serviço de inteligência colombiano sob sua direção foi objeto de batida e apreensão da justiça. As agendas encontradas revelaram ações de inteligência, sabotagem e terrorismo absolutamente criminosas (ver denuncia publicada neste blog a partir dos textos das agendas deste serviço de inteligência presidencial lidas por um jornalista que apoiava o governo), seu irmão está envolvido em assassinatos contra líderes sindicais e camponeses, Uribe está diretamente ligado ao movimento de milhares de paramilitares colombianos, segundo as investigações em curso pela justiça colombiana. A Colômbia está na lista das Nações Unidas e até do governo norte americano de perseguição a jornalistas, assassinatos e absoluto desrespeito aos direitos humanos. Atacou de maneira inédita a um pais vizinho, o Equador há pouco tempo, crime do qual nunca se excusou!, pelo contrário, se considera no “direito” de atacar qualquer país que “proteja” seus inimigos das FARC. Enfim, trata-se de um criminoso internacional protegido pela imprensa internacional, pelas forças militares norte americanas, apesar da oposição dos sindicatos deste país ao TLC, finalmente aprovado no congresso por maioria de 1 voto. Vergonha para a nossa imprensa que transformou em herói este criminoso que busca criar um incidente militar com a Venezuela antes de deixar o governo para dar mais instrumentos de negociação ao seu sucessor.
Leiam o artigo de Aram Aharonian para saber mais.
Colombia-Venezuela, más allá de la manipulación de las emociones
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