ESTADOS UNIDOS
MANUEL E. YEPE/Resumen
Latinoamericano/ALAI, 6 de mayo de 2015 - El diario
estadounidense The Washington Post publicó en días
pasados un curioso análisis especulativo llevado a cabo
por sus periodistas acerca de lo que habrían divulgado los
medios de prensa más importantes de Occidente sobre una
situación tal como la que se creó en la ciudad de
Baltimore, del estado de Maryland, con motivo de la ola de
disturbios que generó la muerte el 19 de abril del joven
negro estadounidense Freddie Gray cuando se hallaba bajo
custodia policial. Desde el punto de vista de quienes
participaron en el análisis, si estos hechos hubieran
tenido lugar en cualquier parte fuera de Estados Unidos
la reacción habría sido aproximadamente la siguiente:
-Numerosos analistas
internacionales habrían presagiado el surgimiento de una
primavera del tipo de las habidas en algunas naciones
del Oriente Medio en el país tomado como base, elogiando
la movilización de los jóvenes para la protesta a través
de las redes sociales.
-Los gobiernos del mundo
habrían expresado su preocupación por el auge del racismo
y la violencia estatal en el país donde estuviera ocurrido
el fenómeno. Habrían condenado el trato a las minorías
étnicas y la corrupción de las fuerzas de seguridad al
abordar casos de brutalidad policial en el país en
cuestión.
-Londres habría emitido un
comunicado llamando al régimen del país a frenar los
excesos de los agentes de seguridad del Estado en la
nación implicada por haber tratado brutalmente a miembros
de minorías étnicas. Exigiría la aplicación de la ley en
pie de igualdad para todos los ciudadanos, negros o
blancos, así como el respeto a los derechos humanos
esenciales, culpando al régimen local por atentar contra
una democracia sana.
-La ONU, por su parte,
también habría emitido una declaración condenando la
militarización y la brutalidad policial que hemos
observado a lo largo de los últimos meses en el país de
los hechos, instando firmemente a las fuerzas de
seguridad a llevar a cabo una investigación rigurosa sobre
la muerte del detenido. No hay excusa para la violencia
policial excesiva. Además, habría exhortado al gobierno
de esa nación a hacer públicas las bases de datos sobre la
violencia policial para mejorar la transparencia y reducir
la corrupción en su sistema judicial.
-Los grupos
internacionales que abogan en defensa de los derechos
humanos se habrían dirigido a la comunidad internacional,
pidiendo facilitar asilo a las minorías étnicas negras del
país donde ocurrían los desórdenes causados por el
asesinato del detenido.
Por supuesto que nada de
lo anterior sería aplicable al gobierno del país culpable
en el imaginario caso en estudio, dado que los hechos
ocurrieron, han ocurrido muchas veces y nadie duda que
sigan ocurriendo en Estados Unidos.
Un análisis de otro tipo
había sido publicado por el diario estadounidense The New
York Times poco antes, resaltando que 1.500.000
afroamericanos han sido eliminados de la vida cotidiana de
Estados Unidos en el período reciente, entre tanto seis
personas negras de 24 a 54 años han desaparecido de la
sociedad estadounidense por muerte prematura o
encarcelamiento.
Según el último censo
realizado en Estados Unidos, el homicidio ocupa el primer
lugar como causa de muerte de los hombres negros jóvenes.
Estados Unidos es el país con mayor número de presos en el
mundo (con el 5% de la población mundial posee el 25% de
la población encarcelada de todo el mundo). De los 2,3
millones de presos que tiene, casi el 40% son
afroamericanos, quienes solo representan el 12.6% de la
población civil total. Es seis veces más probable que sea
encarcelado un hombre negro que uno blanco.
Estados Unidos es la
nación desarrollada con una mayor brecha de desigualdad
económica entre ricos y pobres, y la desigualdad de
riqueza es aún mayor que la desigualdad de ingreso. El 3%
de familias con mayor riqueza, posee más del doble que el
90% de las familias con menores recursos. Esta brecha se
ha ensanchado continuamente desde fines del siglo XX hasta
hoy.
Las familias negras
estadounidenses fueron las más afectadas por el escándalo
de los depredadores préstamos bancarios cuando explotó la
burbuja inmobiliaria de 2007. Hacia fines del siglo XX, la
familia blanca media en la superpotencia tenía una riqueza
seis veces superior a la de la familia negra. Hoy, la
familia blanca media posee doce veces más que la negra y
la pronunciada desigualdad económica sigue agudizándose.
Estas disparidades se
reproducen dramáticamente en las causas del desempleo
subsiguiente, que afecta de manera muy superior a los
ciudadanos que no son de piel blanca.
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