En
las últimas semanas, el diario The New York Times, uno de los más
influyentes de los Estados Unidos, ha publicado una serie de
editoriales y opiniones pidiendo a su Administración un cambio de
política hacia Cuba. En el centro de ese justo reclamo, se encuentra
el caso de tres cubanos, quienes permanecen en prisiones
estadounidenses desde 1998.
Gerardo
Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero son parte del grupo
conocido internacionalmente como “Los Cinco
Cubanos”. Llegaron
a EEUU para monitorear las actividades de grupos violentos de origen
cubano, cuyas acciones terroristas han enlutado miles de hogares en
Cuba. Su misión altruista, sin armas, fue salvar vidas y evitar más
actos criminales contra su pueblo y contra ciudadanos de Estados
Unidos.
El
General James Clapper, actual Director Nacional de Inteligencia de
Estados Unidos, testificó en el juicio que “Los Cinco” no
dañaron, ni pusieron en peligro la seguridad nacional de su país.
Dos de ellos, René González y Fernando González Llort, regresaron
a Cuba después de haber cumplido la totalidad de sus sentencias.
En
estos 16 años, personalidades de todo el mundo, entre los que
destacan diez premios Nobel, juristas, intelectuales, artistas,
líderes sindicales y religiosos, parlamentarios, gobiernos,
organizaciones de derechos humanos y funcionarios estadounidenses,
han reclamado una y otra vez su libertad. Estas demandas han sido
respaldadas por instituciones internacionales como el Grupo de
Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU y Amnistía
Internacional.
El
ex presidente Jimmy Carter expresó en 2011:
“Creo
que la retención de los cinco cubanos no tiene sentido, ha habido
dudas en los tribunales estadounidenses y también entre las
organizaciones de derechos humanos en el mundo. Han estado en prisión
12 años y espero que en el futuro cercano sean liberados para que
regresen a sus hogares".
Presidente
Obama, han transcurrido 16 años de injusta cárcel, es demasiado
tiempo.
Los
abajo firmantes sumamos nuestra voz a la de todas las personas de
buena voluntad que en el mundo le piden, presidente Obama, encontrar
una salida a este caso.
En
el espíritu de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, le pedimos
que utilice las prerrogativas que le confiere la Constitución de los
Estados Unidos, y permitir el regreso de estos tres hombres a sus
hogares para que puedan abrazar a sus madres ancianas, esposas e
hijos en esta Navidad y comenzar el nuevo año junto a sus familias.
Usted
puede hacerlo Señor Presidente. Un gesto humanitario lo elevará
como estadista y constituirá un gran paso en las relaciones entre
ambos países. Le pedimos que haga lo correcto. El pueblo de Estados
Unidos y el mundo lo agradecerán.
Sinceramente,
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