Do "Portal del Sur":
Entrevistas | Theotonio dos Santos
“Somos una región de un potencial gigantesco pero no nos conocemos”
A su paso por Buenos Aires, uno de los creadores de la Teoría de la Dependencia conversó con ‘Portal del Sur’ sobre la dimensión estratégica de la integración regional latinoamericana y el rol de los medios de comunicación. Por Leandro Agilda4/06/2014
El destacado cientista social brasileño Theotonio dos Santos –que, a sus 77 años, es doctor en Economía, magister en Ciencia Política y profesor de Relaciones Internacionales– estuvo la semana pasada en Buenos Aires y fue entrevistado por Portal del Sur (ver el link sobre la Conferencia del Secretario General de UNASUL, Alí Rodríguez Araque) al finalizar la clase aberta brindada por el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) , Alí Rodríguez Araque, en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (Umet), (ver el link sobre la inauguración de la Universidad Metropolitana de Educación y el Trabajo) la primera casa de altos estudios de matriz sindical de América Latina.¿Cuáles son los escollos o dificultades que hay que vencer para gestar y materializar una política con proyecciones estratégicas entre los países suramericanos?
El primer problema es la voluntad política. Esto está en marcha en América Latina, ya que nuestros pueblos están tomando una conciencia muy clara de las necesidades de la integración de la región y esto es un elemento clave: sin este apoyo, sin esta voluntad, no se puede pensar nada. Segundo, la aparición de un liderazgo político nuevo, que está emergiendo dentro de este proceso, con conciencia creciente de la importancia de la integración. Y esto ya se refleja en un conjunto de acciones en ese sentido. Uno de ellas, que es muy importante, es la institucional. Son necesarias las instituciones para poder avanzar en este proyecto histórico que se está desarrollando.
¿Instituciones de qué naturaleza?
Una de ellas es, naturalmente, la Unasur, que hoy coordina 12 consejos regionales en materia de salud, de educación, militar, de seguridad, etcétera. Los acuerdos en seguridad y estrategia militar, por ejemplo, son muy importantes porque definen que la tarea de las Fuerzas Armadas es la defensa de la soberanía nacional y de las riquezas naturales de la región. Así, iniciativas como las planteadas por el secretario general de la Unasur, Alí Rodríguez, empiezan a convertirse en decisiones de responsables políticos, económicos y demás de la región. Y esto va permitiendo que vayamos avanzando, pero también necesitamos mejorar mucho más en nuestro conocimiento de la región, necesitamos generar estructuras de investigación. Aquí, en Argentina, está el Centro de Estudios Estratégicos de Defensa (del Consejo Suramericano de Defensa de la Unasur), en Brasil está el Instituto de Salud (Isags). Y se preparan otros, que esperemos que se concreten rápidamente, como el Instituto de Estudios Avanzados, que apunta a ser un centro de desarrollo de un pensamiento estratégico regional. Todo esto es muy reciente, porque la Unasur tiene apenas siete años, pero se está haciendo un gran esfuerzo en ese sentido. También es fundamental crear el Centro de Estudios Geológicos. Somos una región de un potencial gigantesco, pero no nos conocemos.
En este contexto, ¿qué importancia le da a la autonomía de la información satelital?
Es muy importante también, pero en este tema no hubo una decisión clara de cómo utilizar eso a nivel regional. Es muy importante que se avance en ese sentido. En las reuniones (de Unasur) sobre ciencia y tecnología se ha planteado la cuestión pero en un marco más general: respecto del avance del conocimiento y de la producción científica y tecnológica de la región. Al respecto, es posible que podamos avanzar en el desarrollo de los campos científicos y tecnológicos en que podemos ser de punta, como por ejemplo en biotecnología. Una región con la biodiversidad de la nuestra, si hace una inversión fuerte en este campo, puede competir a nivel mundial en creación de conocimiento científico. Y en eso se ha avanzado bastante también.
Volviendo a la primera pregunta, ¿es necesaria una voluntad política permanente y concertada para sostener estos avances y la consolidación institucional?
Ahí entra el problema de los medios de comunicación, que es una preocupación creciente. Es decir, los medios de comunicación están al servicio de los poderes antiintegración y contrarios a los intereses de la región, ésa es la verdad. Por ejemplo, pretenden transformar al (gobierno) de Venezuela en una “amenaza”, aunque en verdad sea una amenaza para ellos, no para los pueblos y transforman eso en un instrumento de movilización, como parte de una guerra psicológica, para que la gente se convierta en enemiga de la región. Es algo impresionante. Hay un trabajo muy grande en ese sentido y es respecto a ello que nosotros tenemos que tener un instrumental, que tenemos ahora pero que aún es pequeño en relación a la fuerza de que dispone esta gente y a la manera en cómo actúan. Eso es algo muy importante.
¿A qué tipo de instrumental se refiere?
De medios contrainformativos. De medios de comunicación que realmente entreguen a nuestros pueblos los instrumentos de comprensión de lo que está pasando y de cómo articularse en sus políticas comunes. Es algo absolutamente necesario. En varias partes se está haciendo, se está desarrollando, pero es aún muy insuficiente en relación al nivel de conocimiento que deberíamos tener ya de este proceso (de integración regional). Pero bueno, se está haciendo lo posible. Y hay muchas fuerzas que podrían estar ayudando más en esto. Gente de izquierda, pero no solamente; porque, como lo expuso Alí, esto es un problema de la región. Si la izquierda tiene el liderazgo de esto, bien. Pero si la izquierda no lo hace, otros tendrán que hacerlo. Y lo van a hacer, porque existe una necesidad.
¿Cuál es la situación en Brasil respecto de la integración regional?
Brasil no tiene conciencia latinoamericana, está atrasado en este proceso de avanzar en la comprensión de la región. Es un problema muy grande, pero (el ex presidente) Lula, sobre todo, ayudó a transformar esto en una cuestión de interés general. Se ha avanzado en los últimos diez años, pero es muy poco en relación a lo que se siente en otras partes de América Latina, donde la gente conoce y sabe sobre la región. Nuestra intelectualidad todavía tiene los ojos volcados hacia Europa, pero eso no impide que se avance. Tuvimos un ministro de Relaciones Exteriores con Lula, Celso Amorim, que es un tipo excelente, colega nuestro, con una gran comprensión del mundo. No sólo de América Latina, sino de la posición de América Latina en el mundo. Los cancilleres que vinieron después de él, no estuvieron muy a la altura en ese sentido, pero mantuvieron la línea de trabajo.
¿Cuál es su perspectiva de las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), que actualmente lidera la cancillería brasileña?
Creo que es importante una aproximación con la UE, pero es muy malo que se haga bajo la forma de un Tratado de Libre Comercio (TLC). Primero, porque el “libre comercio” es hoy una cosa medio ridícula, absurda, porque no es posible saber dónde existe “libre comercio” en el mundo. Los TLC no son de libre nada, sino que son tratados de obligaciones de parte a parte, de direccionamiento y control de capital financiero, de tecnología, etcétera. Y la tendencia es ir un poco por este lado. Así no va a ser útil. Más bien, tenemos que llegar a un acuerdo que sea de cooperación mutua entre Europa y América Latina. Eso es muy importante. Sin embargo, ellos están quedando fuera del centro de la economía mundial, que se desplazó a Asia.
Con respecto al crecimiento y al desarrollo económico de Asia oriental, ¿qué papel podría jugar la Alianza del Pacífico (AP) en el contexto latinoamericano?
La AP es un intento de crear un hecho político, pero en verdad no hay ninguna “alianza del Pacífico”. Para que la hubiera, los países miembro deberían tener comercio entre sí. Pero no lo tienen. Cada uno de ellos tiene negocios con Estados Unidos. Eso no es una “alianza del Pacífico”, sino que es una alianza de varios países con Estados Unidos. Entonces, ¿qué sentido tiene que el vínculo hacia el océano Pacífico se haga a través de Estados Unidos, si la hegemonía en el Pacífico la tiene China? Además, en este momento, Estados Unidos lucha desesperadamente por aumentar sus exportaciones y disminuir sus importaciones. La AP es un tratadito local que no tiene sentido: la Alianza del Pacífico no tiene “Pacífico” y no tiene “Alianza”.
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