INTERVENCIÓN DEL DR. ALÍ RODRIGUEZ ARAQUE, SECRETARIO GENERAL DE UNASUR, EN EL 35 PERIODO SE SESIONES DE LA CEPAL
La CEPAL ha cumplido un rol muy importante. En sus orígenes dio lugar a un debate y una elaboración teórica y política que tenía como propósito la superación de la dependencia. Posteriormente ha realizado importantes investigaciones que nos ilustran sobre la situación de distintas variables que describen la situación de América Latina y el Caribe.
Sería una contribución invalorable al conocimiento y a la reflexión, realizar un balance de lo que entonces se propuso y lo que se ha logrado de los objetivos originales.
Dada la tiranía que siempre nos impone el tiempo, sólo tengo la oportunidad de enunciar, más que exponer, lo que hemos venido planteando en nuestra UNASUR: la necesidad de definir una estrategia y un plan que tengan como eje dinámico la cuestión de nuestros recursos naturales.
¿POR QUÉ UNA ESTRATEGIA COMÚN DE APROVECHAMIENTO DE LOS RECURSOS NATURALES?
1. Porque nuestra mayor fortaleza, junto al factor humano, radica en el hecho de configurar una de las más grandes reservas del mundo en cualquiera de los recursos naturales que se quiera examinar;
2. Porque los grandes consorcios con los cuales entramos en relación para el aprovechamiento de tales recursos, son fuerzas de dimensión planetaria, con una estrategia y un mando único, en tanto que nuestros países negocian por separado, hecho que se traduce en dispersión de fuerzas y, por tanto, en debilidad;
3. Porque Las grandes corporaciones se interesan prioritariamente por la extracción de los recursos naturales y la ganancia. Para ellas, temas como igualdad o equidad, les son ajenos;
4. Porque el ejercicio de la propiedad soberana y permanente de los Estados sobre sus recursos naturales –como lo establece la Resolución 1803 de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1962- se defiende más eficazmente unidos que por separado. Es la lección histórica que arrojan los 63 años de una muy exitosa y positiva experiencia de una Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, en defensa de sus derechos de propiedad sobre un recurso natural, el petróleo. Es de un ejemplo que todos nuestros países deberían estudiar con detenimiento. Se trata de una organización integrada por países que hablan distintos idiomas, con culturas bastante diversas, lejanos unos de otros, con sistemas políticos muy distintos -algunos de ellos han librado guerras sangrientas- pero con una fuerza centrípeta muy grande, representada por el interés común en defender eficazmente sus derechos sobre el recurso natural, hecho que entre otros efectos tiene el más visible de todos, el precio;
5. Nosotros hablamos la misma lengua, tenemos básicamente la misma cultura, vivimos en una región con la invalorable virtud de la paz y la democracia – principios que se condicionan mutuamente- con un acervo de recursos mucho mayor que el petróleo;
6. Porque, el interés que mueve a las fuerzas económicas más poderosas del mundo, no radica en que seamos una potencia industrial o tecnológica o militar. Nos buscan, porque representamos una fuente muy grande de ganancias lo cual trae consigo una contradicción permanente por el ejercicio de la propiedad, que se expresa en las regalías que establece todo propietario de un recurso natural antes de otorgar el derecho de acceso al mismo. La regalía es la expresión concreta del derecho de propiedad del Estado. Negarla, o calificarla de regresiva, como lo hacen los dueños del gran capital, es negar el legítimo y soberano derecho de los Estados sobre el recurso natural. Hay que tener presente que los grandes consorcios persiguen siempre, sin excepción alguna, la máxima ganancia y que su ideal, en consecuencia, es eliminar las regalías, bajar los impuestos y tener el control de las operaciones en la explotación de cualquier recurso natural. Es decir, privar o limitar al Estado de su legítimo derecho a la propiedad y a la soberanía, en representación de toda la nación. Y esto ha sido a lo largo de la historia, y sigue siéndolo hoy, motivo de grandes conflictos, incluido el conflicto armado. Esto es, todavía, una sangrienta realidad,
7. Porque el recurso natural es, en nuestro caso, el punto de partida de todo proceso industrial y, en consecuencia, de desarrollos científicos y tecnológicos consistentes;
8. Porque en la geopolítica mundial, unidos tenemos un peso específico y podemos contribuir a mantener el equilibrio de fuerzas y la Paz. Separados estaremos a merced de de un sistema mundial que atraviesa profundas crisis y desequilibrios. Es evidente que para hacer irreversible la unidad de nuestros pueblos requerimos una estrategia y un plan común.
UNA ESTRATEGIA INTEGRAL: EXTRACCIÓN, TRANSFORMACIÓN, MEDIO AMBIENTE, TECNOLOGÍA, INVERSIÓN Y MERCADO INTERNO
Se trata pues, de una estrategia integral. Esto implica superar una relación donde el empresario tiene como mero interés, su ganancia. Las regulaciones ambientales muchas veces se transforman en una expresión meramente lírica. Los ecuatorianos aquí presentes creo que tendrían algo que decir en cuanto a este asunto.
Se trata de aplicar los mayores y mejores desarrollos científicos y tecnológicos en la fase extractiva, de transformación y transporte, para minimizar el impacto que genera toda acción humana sobre la naturaleza (producción de alimentos, construcción de ciudades, de vías, de puertos, etc).
Se trata de buscar y lograr el consenso de las comunidades que pueblan los espacios donde se van a realizar actividades relacionadas con el aprovechamiento del recurso natural.
Pero ¿bastará con hacer las cosas bien en la fase extractiva? ¿Después qué? ¿Nos limitamos a cobrar las regalías correspondientes a los derechos que se otorgan a los beneficiarios por el acceso y explotación de nuestros recursos naturales, a cobrar los impuestos por el enriquecimiento y los dividendos, si es que nos asociamos con éstos?
Definitivamente, no.
Mantenernos en una actitud pasiva, como simples perceptores de regalías e impuestos, es perpetuar la viejas relaciones económica y también políticas cuya superación se planteó la CEPAL en sus propios orígenes, dando lugar a un intenso debate y a una importante elaboración del pensamiento latinoamericano en su anhelo de superar esas relaciones.
Entonces, al hablar de consensos, debemos tomar como punto de partida, un hecho incontrovertible: dentro de los tres grandes factores que representan capital, tierra y trabajo, nosotros representamos, fundamentalmente, los dos últimos. Por el momento. Ya, en algunos de nuestros países, los Estados van tomando en sus manos el control empresarial de algunas actividades y podemos registrar el hecho positivo de que, en general, lo vienen haciendo bien.
Empero, si bien experimentamos procesos importantes de avances, todavía, en un balance general de nuestras exportaciones hacia el mercado extra regional, las materias primas siguen superando los productos y éstos son, generalmente, de baja composición tecnológica. Otra cosa sucede en el intercambio intra regional, donde los productos superan las materias primas.
Llegados a este punto, debemos preguntarnos:
¿Y no será posible buscar un consenso entre nosotros, los latinoamericanos y caribeños, que tenga como objetivo la expansión de nuestro mercado interno?
¿Acaso el desarrollo hacia afuera de los países que han ocupado espacios importantes en el mercado mundial, no han pasado previamente por una fuerte expansión de su mercado interno?
¿No deberíamos apoyarnos en nuestras propias fuerzas –que son muchas- cuando en el escenario mundial se levantan tantas interrogantes? ¿No debemos mirarnos a nosotros mismos?
Nada de esto significa renunciar a la relación extrarregional. Se trata de fortalecerla estableciendo una sólida base propia en esa relación. Esto implica definir, como algo inseparable en la estrategia propuesta, los procesos de transformación para abastecer demandas del mercado interno y externo.
Con el equipo de la CEPAL, encabezado por Alicia Bárcena, hemos acordado la realización de un evento en el cual podamos elaborar el mapa de lo que compra y vende cada uno de nuestros países en el mercado interno regional, así como lo que vendemos y compramos en el mercado extra regional. Seguramente nos esperan muchas y gratas sorpresas sobre las posibilidades de expansión de nuestro mercado y de cuánto se puede hacer para satisfacer demandas con nuevos desarrollos industriales.
Quiero ilustrar lo dicho con un ejemplo. Imaginemos que nos ponemos de acuerdo con Bolivia para explotar sus inmensa reserva de litio. Que, además, diseñemos una fábrica de producción de baterías recargables de litio para nuestro mercado y para el mercado mundial. Y que, conjuntamente, nos acordemos para comprar tecnología, o que accedamos a la misma a través de asociaciones con quien la posea. No creo que sea una ensoñación, sino posibilidades reales y enormes que tenemos frente a nosotros.
Ahora bien, esto pasa por un reto sobre el cual se ha insistido una y otra vez, esto es, el reto de la productividad que comprende, a su vez, dos factores. El primero es el desarrollo del conocimiento y de las destrezas de nuestra gente, lo que pasa imperativamente por nuevos esquemas de distribución. El segundo, la dotación de la maquinaria, de las instalaciones y todo lo que comporta este capítulo.
Pero tengamos en cuenta un hecho histórico, la productividad y la tecnología son una resultante de la misma dinámica del desarrollo económico de las naciones.
El desarrollo del conocimiento como hecho social, pasa por una transformación profunda y una verdadera democratización de la educación. Esta es la base para la calificación general y la especializada.
Ahora bien, no son pocos los cuadros formados en nuestros países y especializados en el exterior, que han migrado por no encontrar aquí dónde aplicar sus conocimientos. De esta manera le estamos ahorrando al norte el costo de la formación de muchos cuadros científicos.
La Secretaría General de UNASUR, como resultado del Foro de Ciencia, Tecnología, Innovación e Industrialización en América del Sur, realizado en Río de Janeiro en diciembre del año pasado, ha propuesto la creación de un programa de diez mil becas de intercambio y movilidad para investigación y Post grado entre los países de la región, a razón de dos mil becas cada año. Es una iniciativa que nadie opondría. Sin embargo, debemos realizar un estudio sobre las demandas reales de nuestros países y sobre el destino de los beneficiarios, una vez concluidos sus estudios. La idea es que los estudios se hagan en nuestra propia región pues una de las mayores limitaciones es el poco conocimiento mutuo que nos caracteriza.
De allí que podamos afirmar, en términos hegelianos, que somos una región en sí, pero no una región para sí. Existimos, ¿pero cuanta conciencia tenemos de nuestra existencia y de las enormes posibilidades que se yerguen frente a nosotros como excitantes desafíos?
UNA NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA PARA LA INTEGRACIÓN
Todo lo dicho nos lleva de la mano al problema financiero.
Una estrategia como la propuesta requiere también de los medios para materializar las ideas y los proyectos. Ya tenemos el Banco del Sur, pero con un acervo de capital que no alcanzaría ni para instalar una refinería de petróleo. Existe ya la experiencia del FLAR como un fondo de reservas, pero que igualmente ha tenido una dimensión relativamente baja. Y tenemos la experiencia de la CAF que ha incrementado sostenidamente su capital y que ha venido financiando diversos proyectos en varios de nuestros países.
Así, pues, requerimos de una estrategia que conciba como un cuerpo coherente, extracción y transformación de los recursos naturales disponibles en abundancia y el consiguiente desarrollo del conocimiento y las destrezas, todo lo que comporta el decisivo problema de la inversión y el financiamiento. Estas son partes de un todo inseparable. Pero el resultado final de los beneficios de una política como la planteada, dependerá de los esquemas de distribución del ingreso, asunto muy seductor para quien les habla, pero que acallo por el momento para no irrespetar el tiempo que se me otorga.
Si queremos hacer grandes cosas, debemos pensar y actuar en grande. Lo que puede parecer un sacrificio hoy, puede convertirse en una inversión altamente productiva en un futuro no muy lejano. Si hablamos de consenso, este es uno de los más importantes y trascendentes para materializar los sueños originales de la CEPAL.
Atrevámonos a ser libres.
Atrevámonos a dejar atrás el ensimismamiento y avancemos hacia el desarrollo de la conciencia de lo que somos como partes de una gran Nación:
¡Nuestra América!
Gracias
Lima, 8 de mayo de 2014
Alí Rodríguez Araque
Nenhum comentário:
Postar um comentário