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segunda-feira, 7 de janeiro de 2013

Peña debe elegir entre la política contrainsurgente o cumplir acuerdos: Marcos‏


El Ejército Zapatista renace después de una larga noche de descanso y autocrítica.  Esto debe ocurrir con todo el movimiento indígena. Él ganó una fuerza nuestra al convertirse en un movimiento continental con fueres vínculos con la lucha de los pueblos que se levantan en el mundo en búsqueda de la emancipación social, cultural y política. Los Zapatistas llaman a reorganizar su movimiento en escala mundial, llama a los seguidores de Lopez Obrador  a entendieren que caminan en rutas distintas. Muestran prudencia en relación al nuevo gobierno priista, exigiéndole el cumplimiento de los acuerdos de 1996 que firmó el presidente priista Ernesto Zedillo. Y rechazan con toda la fuerza los gobiernos panistas – enemigos mayores del pueblo mexicano. Diremos que sus posiciones son muy  sabias y muy adecuadas a la realidad mexicana. Esta deberá entrar en un rico proceso de debates en búsqueda de un reencuentro con su propia historia. En ella el movimiento indígena jugó un rol fundamental y penetró profundamente en los objetivos de los gobiernos mexicanos populares, como el período Cárdenas. No habrá gobierno democrático en México si no retoma esta cooperación, respetando la autonomía y la identidad de los pueblos indígenas.  Es verdad que el presidente elegido por el PRI parece desconocer este pasado y querer mismo olvidarse de él. Pero el pueblo mexicano está en estado insurreccional. Lo que equivocadamente los zapatistas llaman de movimiento electoral  es uno de los más desafiantes movimientos insurreccionales existentes en el mundo.  Si esto se articula con una ala progresista del PRI - que sí existe aún y es muy importante – se crean condiciones de poder absolutamente nuevas que hace recordar los años posteriores a la revolución mexicana que llevaron al Cardenismo. Por otro lado el caso boliviano tiene muchos elementos nuevos que enriquecen la experiencia indígena y puede ser aprovechado por los zapatistas, cuando dejen la posición esencialmente defensiva que asumieron en los últimos años y elaboraren una estrategia ofensiva hacia lo que ahora detestan: EL PODER. Hegemónico como los indígenas bolivianos o “compartido” como otras experiencias menores pero no menos significativas desarrollaron. América Latina es un barril de pólvora y hay que elaborar una plataforma intelectual compleja y sutil que permita las grandes mayorías conducir directa o indirectamente las transformaciones que elevar nuestra región a un nuevo período histórico, el cual se armará esta compleja y diversificada sociedad iniciada por su integración  ya en marcha. Bienvenido México, América Central y Caribe a la Integración de nuestros pueblos a través de la CELAC  que dará sus próximos pasos en el final de enero hacia una mayor organización y definición de objetivos estratégicos. UNASUR ya avanzó bastante en suúltima reunión buscando integrar sus varios consejos ministeriales bajo una concepción estratégica común.

Leamos con atención y amplitud la palabra de los zapatistas que dieron su grito de alerta en el momento exacto en que México se prostró ante los Estados Unidos para convertirse en un nuevo “estado independiente” asociado de los Estados Unidos, una especie de Puerto Rico gigante.. que se llama NAFTA. Pero que hará el gobierno del PRI con el nuevo comercio con China y el avance del latinoamericanismo al cual no puede escapar, y con sus indígenas que cada vez más son una fuente de subjetividad criadora y civilizatoria.

NOTA: Estoy terminando mi libro sobre DESARROLLO Y CIVILIZACIÓN (en portugués, por el momento), en el cual llamo la atención sobre la importancia de abrir el concepto de desarrollo a la etapa de un encuentro de civilizaciones que plantean la necesidad de una Civilización Planetaria como encuentro plural de civilizaciones bajo una experiencia aún precaria de relaciones pacíficas entre los pueblos.


Peña debe elegir entre la política contrainsurgente o cumplir acuerdos: Marcos


El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) emplazó anoche al gobierno federal en un comunicado suscrito por el subcomandante Marcos: o “reincide en la política contrainsurgente” o “reconoce y cumple sus compromisos elevando a rango constitucional los derechos y la cultura indígenas” contenidos en los Acuerdos de San Andrés, firmados en 1996 por un gobierno del mismo Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En una serie de tres mensajes difundidos anoche, durante la inauguración de un seminario de reflexión y análisis en el CIDECI-Universidad de la Tierra de San Cristóbal de las Casas –donde, para abrir boca, los ponentes analizaron el sentido de las movilizaciones simultáneas de los zapatistas en cinco cabeceras municipales chiapanecas la madrugada del pasado 21 de diciembre–, el líder y vocero del EZLN explicó que hace nueve días, con esas marchas silenciosas de indígenas zapatistas con pasamontañas en cinco comunidades (San Cristóbal, Ocosingo, Altamirano, Palenque y Las Margaritas), “nos hicimos presentes para hacerles saber (a los priístas) que “si ellos no se fueron, nosotros tampoco”.

Hacía al menos año y medio, en el contexto de las primeras movilizaciones encabezadas por Javier Sicilia y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que no se conocían mensajes extensos de la comandancia zapatista firmados por el subcomandante Marcos.

Ayer fluyó de nuevo la comunicación, en la que el EZLN expresa que, pese a los esfuerzos por hacerlos desaparecer, por parte de los gobiernos de los tres niveles y de todos los signos políticos y de todos los medios de comunicación –no hacen excepción alguna– “como ha sido evidente el 21 de diciembre de 2012, todos han fracasado”.

En el primero de esta nueva serie de comunicados del Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI) se anuncian los pasos que el EZLN dará en los meses siguientes: consolidará su pertenencia al Congreso Nacional Indígena; retomará el contacto con los adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona; construirá “los puentes necesarios” con los movimientos sociales “que han surgido y surgirán”.

Los zapatistas también aclaran que continuarán su distancia crítica frente a la clase política mexicana.

En esta crítica tampoco hacen excepción alguna. Afirman que los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD), Verde Ecologista de México (PVEM), del Trabajo (PT), CC y el “futuro partido” Regeneración Nacional hicieron “todo lo posible por destruirnos” y los han atacado “militar, política, social e ideológicamente”.

En un segundo comunicado del subcomandante, y dirigido “a quien corresponda allá arriba”, se da respuesta a lo dicho por el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong el pasado 23 de diciembre, cuando pidió que no prejuzgaran al gobierno del PRI “porque todavía no nos conocen”.

En la misiva, el dirigente expresa: “Así que no nos conocemos? Mmh... mmh... veamos”. Y a continuación hace un repaso del nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto y su gabinete, en el que incluye el ataque del gobierno mexiquense a Atenco en 2006 y el parentesco del Ejecutivo con el mexiquense Arturo Montiel, a quien llama “manos largas”.
El tercer texto es para quien fuera miembro de la Comisión de concordia y Pacificación (Cocopa) en la primera etapa de negociaciones del EZLN con el gobierno federal y comisionado para los pueblos indígenas en los dos regímenes panistas, Luis H. Álvarez. Le dice que él, su partido y el ex presidente Felipe Calderón “fracasaron” en su intento de destruir a los zapatistas.

Si ellos no se fueron, nosotros tampoco

En el primer comunicado, el EZLN expone extensamente su postura frente al retorno al poder del priísmo, la fuerza política a la que le declaró la guerra el primero de enero de 1994, y también aborda las contradicciones y conflictos que lo enfrentaron con la izquierda partidista, y en particular con Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de 2006.

Sobre el sentido de sus movilizaciones del 21 de diciembre expresa: “Los miramos y nos miramos a nosotros mismos en silencio. No es el nuestro un mensaje de resignación, no lo es de guerra, de muerte y destrucción. Nuestro mensaje es de lucha y resistencia. Después del golpe de Estado mediático que encumbró en el Poder Ejecutivo federal a la ignorancia mal disimulada y peor maquillada, nos hicimos presentes para hacerles saber que si ellos nunca se fueron, tampoco nosotros”.

Continúa: “Hace 6 años, un segmento de la clase política e intelectual salió a buscar un responsable para su derrota. En aquel tiempo nosotros estábamos, en ciudades y comunidades, luchando por justicia para un Atenco que no estaba entonces de moda. En ese ayer nos calumniaron primero y quisieron acallarnos después. Incapaces y deshonestos para ver que en sí mismos tenían y tienen la levadura de su ruina, pretendieron desaparecernos con la mentira y el silencio cómplice. Seis años después, dos cosas quedan claras: ellos no nos necesitan para fracasar. Nosotros no los necesitamos a ellos para sobrevivir”. Y más adelante: nosotros “resurgimos como indígenas zapatistas que somos y seremos.

“Más fuertes, con mejores condiciones de vida.”

Sobre esta permanencia durante este periodo en el que el zapatismo ha funcionado como juntas de buen gobierno en una extensa parte del territorio zapatista, el comunicado del CCRI hace un balance.

Expone la forma en que “nos hemos fortalecido y hemos mejorado significativamente nuestras condiciones de vida. Nuestro nivel de vida es superior al de las comunidades indígenas afines a los gobiernos en turno que reciben las limosnas y las derrochan en alcohol y artículos inútiles”. Así, cuentan con mejores viviendas “sin lastimar la naturaleza”; se aprovecha la tierra no para el ganado de los finqueros sino “para el maíz, el frijol y las verduras que iluminan nuestras mesas”; se trabaja para el crecimiento colectivo en las comunidades.

En las escuelas zapatistas, continúa el recuento, se les enseña a niños y niñas “su propia historia... así como las ciencias y técnicas para engrandecerse sin dejar de ser indígenas”; las mujeres no son vendidas: de las comunidades priístas los indígenas prefieren acudir a los hospitales zapatistas, “porque en los del gobierno no hay medicinas ni aparatos ni doctores ni personal calificado”.

En suma, “gobernamos y nos gobernamos nosotros mismos, buscando siempre primero el acuerdo antes que la confrontación”.

Enseguida anuncian sus próximos pasos: reafirmar y consolidar su pertenencia al Congreso Nacional Indígena; retomar contacto con los adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona en México y en el mundo; construir puentes con los movimientos sociales “no para dirigir o suplantar, sino para aprender de ellos”. Y lo harán mediante los equipos de apoyo de las comisiones sexta e internacional (que escriben internazional), que funcionarán como “correas de comunicación entre las bases de apoyo zapatistas”.

En el punto cuarto indican que “seguirá nuestra distancia crítica frente a la clase política mexicana que, en su conjunto, no ha hecho sino medrar a costa de las necesidades y las esperanzas de la gente humilde”. En esta distancia incluyen a los medios de comunicación.

Sostienen: “Los grandes medios de comunicación intentaron desaparecernos, con la calumnia servil y oportunista primero, con el silencio taimado y cómplice después”.

Emplazamientos

Al nuevo gobierno que encabeza ahora Enrique Peña Nieto, a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el comunicado del CCRI los emplaza: “Queda entonces decidir si reincide en la política contrainsurgente que sólo ha conseguido una endeble simulación torpemente sustentada en el manejo mediático, o reconoce y cumple sus compromisos elevando a rango constitucional los derechos y la cultura indígenas” plasmados en los Acuerdos de San Andrés, firmados en 1996 por el gobierno de Ernesto Zedillo.

También hay un mensaje para el gobierno del nuevo mandatario chiapaneco Manuel Velasco: “Queda al gobierno estatal decidir si continúa la estrategia deshonesta y ruin de su antecesor” –Juan Sabines, a quien califica de “corrupto y mentiroso”– “o en cambio acepta y respeta nuestra existencia y se hace a la idea de que florece una nueva forma de vida social en territorio zapatista”.

Y a quienes se organizan electoralmente y resisten en el país, “decidir si siguen viendo en nosotros a los enemigos y rivales en quienes descargar su frustración”, o si “reconocen al fin en nosotros otra forma de hacer política”.

Sobre su presencia en los medios, dicen: “antes tuvimos la buenaventura de una atención honesta y noble de distintos medios de comunicación. Lo agradecimos entonces, pero eso fue completamente borrado con su actitud posterior”. Añaden: “nuestro andar no depende del impacto mediático, sino de la comprensión del mundo y de sus partes, de la sabiduría indígena que rige nuestros pasos, de la decisión inquebrantable que da la dignidad de abajo y a la izquierda (...) a partir de ahora, nuestra palabra empezará a ser selectiva en su destinatario y, salvo en contadas ocasiones, sólo podrá ser comprendida por quienes con nosotros han caminado y caminan, sin rendirse a las modas mediáticas y coyunturales (...) pocos, muy pocos, tendrán el privilegio de conocerla y aprender de ella directamente”.


Texto: Blanche Petrich 
Fuente: La Jornada 
Fotografía: Pedro Anza / Cuarto Oscuro