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quinta-feira, 20 de setembro de 2012

Saquen sus manos sucias sobre César Lévano

César Lévano es una referencia fundamental para las fuerzas de vanguardia peruanas e internacionales. Heredero de los heroicos militantes anarquistas, entre los cuales estuvo su tío, sobre el cual escribió una biografía , evolucionó hacia el marxismo y se convirtió en un periodista de punta que nunca perdió sin embargo esta independencia de pensar y escribir cueste a quien cueste. Es ridículo que lo quieran atemorizar, a pesar de su edad, con prisiones arbitrarias y amenazas simbólicas como coronas de flores funerarias. César Lévano está encima de todo ésto. Es madera noble. Aquí tienes mi solidaridad sin restricciones y mi desprecio por los que buscan herirte o restringir tu voz llena de verdad y valor. 

La llamada “prensa libre” se preocupa en desacreditar juicios de legítima defensa de presidentes de la república, como Rafael Correa, acusado en sendas campañas internacionales de amenazar la “libre expresión”. Pero no se preocupa para nada que el director de un periódico de oposición tan respetable como La Primera sea preso para declarar en una querella de “calumnia” movida por figuras abiertamente comprometidas con la dictadura Fujimorista. Vean el artículo de Cesar Lévano sobre su prisión que sí es una amenaza clara al derecho de libre expresión .


Theotonio Dos Santos 


Vean su artículo sobre su prisión:


Temporada en el infierno

Ayer, a las 10:15 de la mañana, la Policía Judicial me extrajo de mi domicilio por orden del juez que tiene a su cargo un juicio entablado por Vicente Silva Checa, el conocido operador político de Vladimiro Montesinos.

Lo curioso es que para esa misma mañana, solo que más tarde, tenía una citación para prestar instructiva en el caso… ¡Silva Checa!

O sea que primero me apresan y después debía acudir a la instructiva. Algo más: en ningún momento fui citado para esa instructiva. No existe en el archivo de LA PRIMERA ni en el mío citación referida a ese proceso. Los abogados que han acudido en mi ayuda coinciden que eso es ilegal. Incluso en el caso de que no hubiera acudido a una o dos citaciones, no procede captura.

Después de concurrir a la oficina de las requisitorias tuve que ir a la oficina de medicina legal que atiende a los capturados, a fin de establecer si hubo o no maltratos. Debo precisar que el trato de los agentes policiales fue respetuoso.

Luego fui, con el abogado de LA PRIMERA, a las oficinas del Poder Judicial del jirón Miró Quesada. Fui puesto, según se indica en la Constancia Judicial, “a disposición del juzgado en calidad de detenido”. Allí tenía dos citaciones para escuchar sentencias. Una a las 10:30, que desconocía, y otra a las 12:40 en el 17 Juzgado Penal. 

En síntesis, en una sola mañana tenía tres comparecencias ante el Poder Judicial, dos de ellas desconocidas por mí. Además, tenía orden de captura, que se cumplió con la participación de tres Policías que me condujeron en vehículo de la Policía Judicial.

Debo de ser uno de los querellados favoritos de la Justicia. En el momento tengo 16 juicios pendientes. En varios casos he sido declarado inocente, y estoy sopesando la idea de enjuiciar a quienes me acusaron sin base.

Puedo deducir de todo esto que hay un manejo político, una presión del Fujimorismo, que, igual que el APRA, mantiene fuertes vínculos con el aparato judicial. Cuando digo Fujimorismo no me refiero solo a los seguidores calificados del exdictador, sino también a quienes –del brazo con Silva Checa– fueron agentes activos de la dictadura y forman hoy parte del oficialismo.

El propósito es doble: 1. Amedrentarnos, atemorizar a los periodistas de este diario; y 2. Presionar para que se produzcan cambios en la línea independiente de nuestras páginas. 

Debo agregar que, debido a mi edad, no correspondía que me detuvieran.

Creo mi deber agradecer a personajes políticos, empezando por la Vicepresidenta de la República, Marisol Espinoza, que llamaron para expresarme su solidaridad. También a amigos del Perú y otros países, a colegas, a escritores. No menor fue la solidaridad de los directores y mis colegas del diario. ¡Mil gracias!


César Lévano - cesar.levano@diariolaprimeraperu.com